sábado, 9 de abril de 2011

los pandas nunca regresan






cargamos bombas en los relojes de muñeca




levantamos ciudades en la nieve que jamás conoceremos


alertas y callados en los hospitales 


y los auditorios; en los salones de escuelas isótopos




apenas alguien escucha nuestro nombre



en un árbol  


el rostro

se esfuerza


y  

¿acaso hemos caído?


nadie se pregunta



ese alarido pulmonar


lo sabemos




no estamos perdonados



no  

llegarán

montadas

en los rieles


las noticias del hogar







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